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La velocidad del Líder comercial es la velocidad del Equipo

La velocidad del Líder comercial es la velocidad del Equipo
Vivimos en un mundo de velocidad vertiginosa. Los cambios aparecen cuando las personas estamos recién aprendiendo la tecnología que pensábamos era la más reciente.

Está comprobado que los cambios tecnológicos o de modelos mentales acontecen mucho más rápido de lo que aprendemos. Por lo tanto, sabemos que el entorno nos ha sobrepasado y esto trasladándolo al negocio es más trascendental.

Cuando las empresas están absorbiendo un nuevo debut de un producto, el paso abrupto de ciertos competidores lo interrumpe muchas veces modificando lo que constaba en el libreto. También el simple destello de un nuevo mercado nos puede hacer dubitar si el lanzamiento era o no el correcto o el más oportuno.

El Líder Comercial no se queda atrás, pues mientras planea y analiza, sus propias exigencias del negocio le piden más. Más velocidad en toma de decisiones, más velocidad en implementación, más velocidad en generar resultados de ventas y más velocidad de adaptación.

En Salesbumm te ayudamos a absorber la filosofía de la velocidad en la actuación del Líder Comercial, empezando desde la velocidad de aprendizaje qué es donde germina todo.

Velocidad de Aprendizaje

Cuando se generan nuevos modelos de negocio o una nueva dirección estratégica aparece, el Líder Comercial debe aprender más rápido que todos. No nos referimos a la profundidad del conocimiento de dicho cambio, sino a la abstracción de cualquier nueva teoría. El Líder Comercial debe saber las principales ventajas/desventajas de un nuevo concepto. Debe comprender las aristas para articular ese aprendizaje con sus reportados, con sus jefes, pero principalmente con los clientes y así, los seguidores puedan tener la confianza que el Líder Comercial comprende las disyuntivas pros y contras de lo nuevo y que pueden apoyarse en él para desafiar el novedoso espectro.

La velocidad de aprendizaje se aprende

De una forma natural cualquier cambio implica compromiso, y luego se funde con la posibilidad de desaprender lo que antes era concebido como bueno para llevarnos al camino de un mucho mejor. Finalmente, con la generosidad del Líder Comercial para equivocarse primero y aprender del interlocutor intenta y logra una nueva articulación. Siempre actuando con ética y con la mejora continua del speech de argumentación.

Velocidad de Planeación

El Líder Comercial debe ser el primero en planear y coadyuvar para que el resto del team planifique con igual intensidad. La planeación debe ser profunda en evitar que se traslapen los vitales; pero una vez concebida, las actuaciones y pasos deberán fluir hasta lograr incrustarlos en un calendario, en marcos de despliegue y sobre todo en la importancia de hacerlo con anticipación. La planeación es importante, pero lo imprescindible es la anticipación a la planeación visualizando los aspectos que deben ser programados por adelantado pre-diseñando conexiones con posibles acciones o estrategias y así seguir ganando en los negocios.

Velocidad de Ejecución

El Líder Comercial aun sabiendo que es ambigua la situación y compleja la adaptación debe asumir el riesgo de la ejecución, aunque no a la perfección, su dinámica ayudará para que el equipo avance, construyendo ladrillos de desplazamiento para que no se pierda en la etapa más vulnerable que es, pasar de la teoría a la práctica.

La ejecución es dinamismo con energía, es agilidad con talento y es rapidez con profesionalismo. Sin descuidar el involucramiento y compromiso de todos. Ejecutando con entusiasmo, evitando síndromes de impostor en sus reportes (desmotivación y tristeza escondida) y habilitando a que sus miembros de equipo tomen riesgos, pero logrando hitos con resultados de ventas.

El progreso es claro ejemplo de ejecución. Por más pequeño que sea, denota un avance y eso es ganancia. Siempre enfocados al feedback y satisfacción del cliente interno y externo.

Velocidad para corregir

Nada es seguro, solo que algún día saldremos de la empresa que trabajamos y que dejaremos también de coexistir en este mundo.

Con esta premisa debemos como líderes comerciales aceptar la gran responsabilidad de autoevaluarnos, observando el proceso actual, constatando acerca de la actitud de camaradería que existe en nuestro equipo y sopesando si los ideales que tenemos hoy en día nos llevarán al éxito esperado en el futuro. Como líderes comerciales debemos corregir el rumbo del barco antes que lleguen los tsunamis.

La autoevaluación es clave para inspirar al equipo comercial en repetir ese mismo espíritu de reinvención y así seguir vigentes en el mercado.

En conclusión “la velocidad comercial” implica agilidad mental – talento humanístico, pero sobre todo la humildad para desaprender – aprender y una pizca de autodeterminación para aceptar que no le podemos pedir al equipo “peras” si el “olmo” no demuestra con hechos esa intención e intensidad que amerita el nuevo entorno de inteligencia artificial, post pandémico y ahora incluso en momentos tan difíciles de inestabilidad política internacional donde la paz mundial está comprometida.